Ruta del Mudéjar en la Moraña - Ávila
Comarca: La Moraña y Arévalo
Madrigal de las Altas Torres - Fontiveros - Arévalo
La Moraña abulense es una extensa llanura situada la norte de la provincia que incluye la tierra de Arévalo y forma parte del típico paisaje castellano.
La escasez de canteras de piedra y la posible presencia de población de ascendiente árabe-converso propició la construcción de numerosos templos parroquiales de estilo románico-mudéjar, una arquitectura singular y diversa.
Claros y admirables ejemplos de él son los templos de San Nicolás de Bari en Madrigal de las Altas Torres, las iglesias parroquiales de Donvidas y Narros del Castillo, los templos de Santa María la Mayor del Castillo y San Martín, en Arévalo, y la ermita de La Lugareja, de una belleza arquitectónica singular.
Pero también otros pequeños pueblos de la Moraña conservan torres y artesonados de este mismo estilo de sus iglesias, con una carga de belleza original y un atractivo, que imprimen un algo de elevación mística a esta comarca de la llanura castellana.
Madrigal de las Altas Torres Cuna de Isabel la Católica, del Obispo Alonso de Madrigal, El Tostado, de Vasco de Quiroga y que vio también los últimos días de Fray Luis de León.
Cuenta con dos iglesias, la de Santa María del Castillo, de estilo mudéjar y la de San Nicolás, de preciosos artesonados y sepulcros renacentistas en el presbiterio, donde también se puede ver la pila en que fue bautizada Isabel la Católica, el Palacio de Juan II en el que impresionantes artesonados mudares coronan la alcoba donde nació la reina.
Fontiveros Pueblo natal de San Juan de la Cruz. En la Iglesia parroquial de San Cipriano descansan los restos de su padre y de su hermano pequeño. Esta Iglesia es el monumento más valioso de la localidad. Las investigaciones apuntan que fue una sinagoga judía en sus orígenes. Actualmente puede contemplarse un bello artesonado mudéjar recientemente restaurado.
Arévalo La ciudad de Arévalo es el centro neurálgico de esta comarca, surcada por dos ríos, el Adaja y el Arevalillo, testigos de las huellas que dejaron romanos, visigodos, árabes y cristianos.
A los árabes se debe el refuerzo de la Muralla, la reconstrucción del Alcázar, el Arco de Alcocer y el increíble Puente de Medina que cruza el Arevalillo. Mención especial merecen las iglesias de estilo románico-mudéjar de Santa María la Mayor, San Martín, San Miguel y La Lugareja.
Iglesia de Santa María la Mayor Es una obra románico mudéjar de la segunda mitad del siglo XIII que se encuentra situada en la plaza de la villa, en torno a una plaza porticada. Fundación y enterramiento del linaje de los caballeros Briceños.
Templo de una sola nave en el que se destaca su ábside con tres ordenes de arquerias ciegas dobladas de medio punto, con su tramo recto en la misma disposición recuadros, nave estrecha y alta. La esbelta torre otra brillante obra de la arquitectura mudéjar, es perforada en su base por un arco ligeramente apuntado, por el que transcurre la calle del mismo nombre, tipología de torre perforada muy orginal por lo poco frecuente. Leer más»
Iglesia de San Miguel Fue lugar de enterramiento y juntas de los caballeros del linaje de los Montalvo. Declarada Bien de Interés Cultural, es un edificio de gran volumen, reformado en diversas épocas.
Destaca su cabecera plana al exterior, con diversos arcos decorativos ligeramente apuntados y distribuidos de forma simétrica en toda la fachada; no tiene el remate superior, aunque es de gran altura. Parece fábrica del siglo XII lo más antiguo y según algunos autores fue sinagoga judía, cuya traza es obvia. Era citada como parroquia en el inventario de 1250. Gran confusión de sus dataciones históricas, que la rodean de misterio. Leer más»
Pero la obra de arte más importante que guarda la iglesia de San Miguel es su retablo, que fue pintado entre 1507-1508 por el Maestro Marcos de Pinilla, que tenía su taller en Ávila y al tiempo que se pintaba el retablo mayor de la catedral. Se le pagaron, según el libro de fábrica de la parroquia, 54.000 maravedíes, mas 238 por el traslado, 485 al maestro que lo asentó y otros gastos. Leer más»
Iglesia de San Martín Es uno de los edificios religiosos mas antiguos figurando en el inventario de 1250. Situada en la Plaza de la villa, está declarada Monumento Historico Artístico y posee una mezcla de estilos, románico, mudéjar y renacentista. Tiene dos imponentes torres mudéjares conocidas popularmente como las 'torres gemelas'.
La de la cabezera, denominada 'de los ajedreces' por los docetableros de ese juego que ostenta en los cuatro lados del cuerpo de tres pisos de arquerías de ladrillo dobladas de medio punto y recuadradas en alfiz.
Un segundo cuerpo con grandes arcos de cuádruple. Y un tercer grupo con motivos decorativos de ajedrez, ladrillos en espiga, una cruz en la cara este y pequeños arquitos enmarcados, sobre los que se abre un amplio ventanal por lado, de cuatro arcos apuntados y abocinados, tambien enmarcados en alfiz. Leer más»
Ermita de la Lugareja Considerada una de las cumbres del románico mudéjar español fue declarada Monumento Nacional. Actualmente es ermita y el edificio es el conjunto de ábsides y crucero de la iglesia del antiguo convento de Santa María de Gómez Román. Leer más»
En el siglo XVII es cuando son tapiados los arcos torales, se hace la nueva entrada y fue parroquia del caserío anejo a la villa de Arévalo. Con la desamortización se vende el Lugarejo en 1844 a Francisco Portillo, vecino de Madrid en 1.031.000 reales. En cuanto a lo artístico y monumental, nos encontramos ante un impresionante conjunto de arquitectura medieval, ejemplo único del mudéjar.
Lo que hoy resta es la cabecera de la iglesia conventual, con tres ábsides, cimborrio con cúpula y tambor, y los brazos laterales del crucero. Los arcos estructurales son apuntados y algo peraltados, que dan aspecto de ligereza y esbeltez.
Las ventanas y arcos decorativos son de medio punto; la impresión bicromática del pálido rojo del ladrillo y el blanco de su llagueado, ambos de igual grosor, realza sus líneas, que a veces se tornan doradas en esos impresionantes atardeceres de la meseta.
Los tres ábsides son de curva prolongada, tienen sobre zócalo de mampostería con verdugadas de ladrillos, un solo cuerpo de arcos dobles, elevados y esbeltos. Remata una cornisa con esquinillas y facetas en nácela. Todo ello en un armonioso conjunto de proporciones y volúmenes.
El cimborrio es como un macizo torreón cuadrado, con un cuerpo de siete arcadas por lado, de las que solo la central está abierta, es mas baja y tiene doble arco. Están guarnecidos por dos fajas de ladrillos esquinados. Sobre ellos una cornisa de nácelas y el tejado de losas. Sobre la terraza del ábside de la epístola se añadió una sencilla espadaña para la campana. Leer más»